No estoy acostumbrado a estas cosas, así que intentare ser breve y no liarme.
Bueno, esta entrada no es una de esas entradas que suelo acostumbrar a hacer. Es una entrada personal y si consigo averiguar cómo se hace desactivare los comentarios.
Esta entrada no es una entrada valiente (no a mi modo de verlo) es una entrada tardía sobre mis acciones y mi reflexión sobre ellas. Sobre cosas que ves a toro pasado y cosas que me acontecen fuera digamos mi esfera más pública.
Yo soy un simple ser humano que comete muchos errores, como todos. Y el que diga que no, miente. Tal vez uno de mis mayores defectos es que tiendo mucho a confiar en la gente, tal vez por mi ideología o por mi forma de ser. El caso es que siempre parto desde la (muchas veces equivocada) idea de que todo el mundo es bueno por naturaleza. Muchas veces me he dado de cabeza contra un muro, y me seguiré dando, está claro. Por qué no puedo evitar pensar así.
En esta entrada no pretendo dar pena ni cualquier otra chorrada. Solo quiero recapitular y aclarar mi posición con respecto a un tema que aconteció fuertemente en la “comunidad” rolera de un tiempo para atrás. Como entidad racional consciente que soy a veces comprendo que en ciertos momentos no he tomado una decisión acertada y ante los errores lo correcto es rectificar. No es algo que haya pensado de ayer para hoy, ni mucho menos. Es algo que llevo mucho tiempo rumiando y siento que me pudre por dentro. Pero no sé cómo ni donde ni expiar mis pecados, así que tras mucho pensarlo he decidido volcarlo aquí.
Yo hace un tiempo defendí y saque la cara a cierto colectivo de la comunidad rolera que actualmente ha “desaparecido” (Si, sé que lo estáis leyendo, sois vosotros.) me refugie en la presunción de inocencia debido a que yo no había presenciado ninguno de los actos de los que se les acusaba, hable con ellos, me informe e incluso me hicieron dudar de gente cercana a mí, a los que ahora tengo por amigos. No sin perder alguna amistad en el proceso.
Tras su supuesta desaparición como colectivo uno de ellos no tardo en mostrarme su verdadera cara en conversaciones privadas. (Visto los huevos, toro) No le hice frente en el momento, pero no hizo falta, las cosas quedaron claras. Quizás me falta parte del espíritu combativo de mis hermanos de la espada negra Verion, Rubén o Kerian, a los que quiero y admiro con todo mi corazón. Pero yo soy así. (Tengo muchas ganas de veros)
La cosa no acabo en ese momento para mí, ya que estaba inquieto por haber visto esa forma de ser centrada en causar daño, que estaba oculta hasta ese momento. Continúe indagando y recabando información de gente a la que tengo en alta estima (Vosotros sabéis quienes sois, os quiero mucho también). Hable largo y tendido con mucha gente y me prepare para responder a una pregunta que cuando se me realizo, no estaba preparado.
La cosa ha cambiado para bien, esta comunidad ya no está activa (o eso dicen) y si lo está, me da igual. No quiero que vuelvan. La “comunidad rolera” es ahora mucho más sana que nunca, el ambiente que se respira es distinto y me arrepiento profundamente de haberles apoyado. Podría seguir divagando y escribiendo cosas al respecto, pero creo que el mensaje ya ha quedado claro.
Aprovechando que sé que seguís ahí en la sombra:
Se que amáis el rol, yo también, esa pasión me hizo entablar una relación con vosotros. Pero me habéis demostrado no solo tener dos caras, si no también ser malas personas. Se me engaña fácil pero no soy tonto. Esto llega tarde, pero llega para quedarse. No quiero volver a teneros cerca, nunca.
Y para cuando volváis y carguéis contra mí, que sé que lo haréis os dejo este pequeño fragmento de la cantata de santa maría.
Usted, señor General, no nos entiende.
Seguiremos esperando, así nos cueste.
Ya no somos animales, ya no rebaños,
levantaremos la mano, el puño en alto.
Vamos a dar nuevas fuerzas con nuestro ejemplo
y el futuro lo sabrá, se lo prometo.
Y si quiere amenazar aquí estoy yo.
Dispárele a este obrero al corazón.